lunes, 10 de agosto de 2015

EL ESPEJO Y EL ARTE. LA METÁFORA DE LA METÁFORA.

Entre los objetos dotados de un marcado valor simbólico, el espejo ocupa una posición privilegiada. Su ambivalencia y la multiplicidad de los significados que encierra tienen su reflejo en la riquísima iconografía que desde la Edad Media hasta nuestros días ha intentado representarlo.
El espejo reviste un doble significado, tanto desde el punto de vista moral como cognitivo. El primero, de naturaleza generalmente negativa, se presenta mediante el mito de Narciso o en las alegorías de los pecados de lujuria, vanidad y soberbia. Por el contrario, tiene una aceptación positiva como símbolo de conocimiento interior o iniciático (espejo mágico) y de la virtud de la prudencia. Su etimología refleja esta doble exégesis: el speculum latino pone de manifiesto el significado del conocer, "escudriñando" en la imagen de la realidad; el término francés "miroir" se detiene en la función contemplativa del "mirarse", que da por sobreentendida una observación complacida de uno mismo.
En la primera parte del Cinquecento este instrumento de indagación adquirió una importancia estratégica en el gremio de los pintores, que querían afirmar la superioridad de la pintura respecto de la escultura. Gracias a la superficie reflectante de los espejos estaban en condiciones de presentar una visión "de cuerpo redondo" de los objetos, ofreciendo también al espectador los más ocultos ángulos de los cuerpos representados.


Caravaggio, Narciso. 


Giorgio Vasari. Aseo de Venus.
Asociado a la figura de la diosa del amor, el espejo se transforma en un potente instrumento de seducción. El espejo es el medio a través del cual el hombre puede contemplar la dimensión de lo divino; la visión directa de la divinidad no ha sido concedido a los mortales, so pena de ceguera o de muerte. 

Hans Baldung Grien. Las tres edades y la Muerte.
La clepsidra que sujeta la Muerte simboliza el inexorable paso del tiempo. En el espejo está reflejada la imagen de la Muerte, que desvela sin piedad la fugacidad de la belleza. La muchacha contempla su propia juventud sin ver en ella su cualidad efímera y fuga. La figura de la Muerte está ligada al motivo de la Vanitas y a lo efimero de los placeres terrenales.


Georges de la Tour, Magdalena penitente.
El "espejo del alma" es un medio de conocimiento interior. El primer paso para comprender el camino de la virtud consiste, en efecto, en "mirarse hacia dentro". 

Diego Velázquez. Las Meninas.
El espejo utilizado por el pintor como una sabia alegoría de la pintura entendida como creación especular de la naturaleza. El espejo revela lo que queda fuera de la escena, lo no contado pero presente, el misterio de la representación. 


William Holman Hunt, La dama de Shalott. 
La dama de Shalott, inspirada en la novela de Alfred Tennyson, podía ver a aquellos que se acercaban a su castillo con solo mirar a través de un espejo mágico. El círculo mágico tiene prisionera a la muchacha en el espacio de acción del encantamiento. 


En definitiva, El espejo es el diafragma entre dos dimensiones cognitivas: el mundo de las ideas y la realidad sensible, su pálido y evanescente reflejo.

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