viernes, 22 de febrero de 2013

Comentario. Frescos del Panteón Real en San Isidoro de León.


Título: Frescos de San Isidoro de León.
Autor: Desconocido.
Cronología: Fines del XI o comienzos del XII.
Estilo: Románico.
Técnica: Temple o fresco.
Localización original: Panteón de los Reyes, Iglesia de San Isidoro de León.
El Panteón se trata de un recinto rectangular abovedado. La pintura se distribuye en los muros, en las seis bóvedas y en los intradoses de los arcos. Se desarrollan tres ciclos litúrgicos: Navidad (Anunciación, Visitación, Epifanía, Natividad, anuncio a los pastores, huida de Egipto, circuncisión y degollación de los inocentes), Pasión (Última Cena, Pasión y Crucifixión) y Resurrección (Gloria de Cristo, Apocalipsis, Maiestas Domini y entronización del cordero). El conjunto se completa con representaciones de los signos del zodiaco y el calendario agrícola.  La estructura de la superficie fue aprovechada por el pintor para ganar en expresividad en las escenas.
Elementos plásticos (línea, color, volumen de la figuras, perspectiva, etc..)
El pintor usa una gama cromática de ocres y castaños sobre fondo blanco. Las figuras, identificadas con inscripciones en latín, destacan por sus gestos, la sensación de movimiento generada por su disposición, las posturas y las escenas anecdóticas.  Destaca la falta de perspectiva.
Descripción / Composición.
En la bóveda central se representa el Pantocrátor (Maiestas Domini) rodeado del tetramorfos. Cristo juez emerge de un original cielo de tormenta, dentro de una mandorla, y sobre un fondo azul lleno de estrellas de ocho puntas, se sienta sobre el arco iris, repetido más abajo en forma de escabel. Cristo viste túnica y manto, levanta la mano derecha en actitud de bendecir y sostiene con la mano izquierda el libro abierto con la inscripción Ego sum lux mundi. Sobre sus hombros, alfa y omega, principio y fin. En los ángulos destacan los cuatro evangelistas, con cuerpos de hombres, alas de ángel y cabezas representando los símbolos del tetramorfo.
El anuncio de los pastores exalta la cultura pastoril de la montaña leonesa y une con naturalidad lo sobrenatural y lo cotidiano. Las esquinas, rincones y curvas de la bóveda se resuelven simulando riscos y montañas a partir de los cuales se compone la escena: el ángel, en pie y con las alas extendidas, vuelve la mirada hacia su izquierda y con las manos señala el fresco contiguo de la Natividad; un pastor sopla un instrumento musical y otro hace sonar el cuerno, un tercer pastor, absorto por la visión del ángel, no se da cuenta de que su mastín leonés  aprovecha el descuido para devorar su cena.  El conjunto se completa con animales (carneros, bueyes comiendo las hojas de un árbol, dos machos cabríos en pleno enfrentamiento) y con árboles esquemáticos y matas de hierba.
La Última Cena es una de las escena más complicada al pasar de la forma de la bóveda a un espacio vertical solucionado por el artista simulando marcos arquitectónicos, así Jesús aparece entre dos pilastras y una cúpula. Jesús abraza a San Juan mientras ofrece el pan untado al traidor Judas ante la mirada pensativa de San Pedro. A los largo de la mesa, los apóstoles comen y hablan apaciblemente.
En los arcos se representan los meses del año con los trabajos agrícolas y decoración geométrica y vegetal.
Los frescos de San Isidoro han sido llamados la Capilla Sixtina del arte románico. Están relacionados al estilo francorrománico, que penetró en España gracias a los caminos de peregrinación. 

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